viernes, 24 de octubre de 2008

Los mitos del transplante de órganos

“Muchas veces me encuentro con chicos que plantean situaciones extremas y falsas sobre cómo se transplantan los órganos en Argentina. Lo cierto es que hay un grado de desinformación muy grande, que promueve el crecimiento de mitos y creencias sobre algo que es muy específico y claro”, declaró, en diálogo con ASI NO, una fuente del INCUCAI (Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante).


De mil personas que mueren sólo cinco se convierten en potenciales donantes de órganos, y eso nada tiene que ver con la voluntad de los individuos de donar. Sólo aquellas personas que fallecen en terapia intensiva, de muerte cerebral y cuentan con la posibilidad de tener un mantenimiento hemodinámica –un tratamiento especial para mantener los órganos irrigados durante un mínimo de seis horas- pueden considerarse como donantes.


En contraposición con lo que la mayoría de las personas piensa, el número de donantes que creció en el último tiempo se basa en la cantidad de personas que fallecieron en las condiciones mencionadas y que sus órganos fueron compatibles con los de aquellos pacientes que se encuentran en una lista de espera. Muchas veces, no hay conciencia con respecto a la existencia de una compatibilidad que limita la cantidad de transplantes que se podrían llevar a cabo.


“Diez años atrás, las personas que trabajábamos en el Incucai éramos considerados como los cuervos del hospital, como si fuésemos una especie de raza negativa que se encargaba de robarle a los muertos. Sin embargo, y gracias a políticas de información, hoy la gente nos ve como una entidad que da vida y no que quita”, explicó la fuente de la entidad.


La desinformación promueve razonamientos que se basan en la desconfianza de la ciudadanía con respecto al sistema de salud y hacia el médico tratante. Muchos temen que, si se manifiestan a favor de la donación, los doctores van a abandonarlos y no van a atenderlos; algo que es totalmente falso porque se contrapone con la idea esencial de la medicina.


Por otro lado, con respecto al tráfico y venta de órganos, el entrevistado instó a que cada uno investigara “si en algún juzgado existe por lo menos una causa que denuncie tal atrocidad”.

“Si bien es cierto que existen países en los que se venden, la idea de que uno puede ser secuestrado para el tráfico, se termina cuando se tiene conocimiento de los procesos necesarios para que ese órgano sea utilizado”, manifestó el integrante del INCUCAI.


Asimismo, reveló que “al tener contacto con los jóvenes, familias y docentes de todo el país recibo mucha información con respecto a las mentiras que circulan entre la sociedad. Una de las más estrafalarias es la existencia de un banco de órganos. La gente cree en lo que ve en las películas o la televisión, pero no se acerca a corroborar la veracidad de esos datos. Es utópico pensar en la existencia de esa entidad porque un órgano que se extrae tiene que ser inmediatamente implantado en otro cuerpo”.


Lo importante es que se tome conciencia de que también se puede estar del otro lado. Muchas veces la omnipotencia que tiene la sociedad, que se basa en la creencia de que no nos va a suceder, tiene que combatirse con información. Porque de la noche a la mañana, cualquiera puede estar en una lista en la que nunca hubiese esperado estar.

Por Marcela Troncatti Castillo

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