Internet: exhibirse a cualquier costo

Durante la adolescencia es natural ver a jóvenes que manifiesten signos de rebeldía, ya sea contra sus padres, docentes, en el colegio o en la vía pública. En la actualidad, la necesidad de romper con los límites que les son marcados, ha llevamos a muchos jóvenes a exhibirse de cualquier manera, sin importar cuáles son las consecuencias que sus actos pueden producir.

Subir a los portales de Internet imágenes o videos de adolescentes protagonizando hechos de violencia se ha convertido en una tendencia en alza.

En julio de este año, alumnos de una escuela media pública de Lomas de Zamora filmaron con un celular la burla y la agresión a una profesora. El video mostraba a la docente de inglés tomando lista. Primero, alguien puso un preservativo extendido sobre los anteojos. Segundos después, un alumno acerca un encendedor a su cabello, que se prendió fuego en el acto.




Lo más triste del caso es que las autoridades de la escuela se enteraron de lo sucedido a través de los medios, tras ver el video por televisión.



Otro ejemplo de ello son los alumnos de una escuela técnica de la localidad santafesina de Rosario. En 2007, los estudiantes se mostraban felices mientras destrozaban los bancos y sillas de un aula, a la vez que se oían los gritos, insultos y carcajadas de chicos que festejaban la hazaña de sus compañeros, como un hecho completamente natural.




Sin embargo, esta situación no es algo que sólo puede verse dentro del ámbito estudiantil. En julio de 2007, los integrantes de la Selección Argentina de fútbol Sub 20, subieron al mismo portal un video en el que se muestran causando destrozos en un hotel de Toronto, luego de consagrarse como campeones del último mundial de Canadá. Julio Grondona, presidente de la Asociación de Fútbol Argentino, calificó este hecho como un “festejo excesivo”, una apreciación muy pobre si se tiene en cuenta que las imágenes de estos adolescentes recorrieron el mundo entero.

Estas conductas pueden ser tomadas como un intento de llamar la atención ya sea de los padres, educadores, dirigentes o gobernadores pero, sin duda, se manifiesta como un intento desesperado de exhibirse y, de alguna manera, conseguir el reconocimiento público de la sociedad a cualquier costo.

Por Marcela Troncatti Castillo