Un diseñador gay enojado, una denuncia por evasión de impuesto y una prima travesti en busca de 15 minutos de fama resultaron ser un combo explosivo que estalló en la vida de la modelo Valeria Mazza.
La vida de Mazza, en estas últimas semanas, se convirtió en una serie de sucesos desafortunados. En la décimo séptima Marcha del orgullo Gay, que se llevó a cabo el domingo pasado, el diseñador Roberto Piazza -a quién no se lo veía por la pantalla chica desde su casamiento- aseguró que la comunidad homosexual de nuestro país declaró a la blonda “persona no grata en todo el territorio argentino”.
En 2004, la modelo sostuvo, en referencia a la ley promulgada por el gobierno español, que para ella “la adopción entre parejas de un mismo sexo era una locura porque los niños deben tener un referente paterno y materno”.
Esta semana,
La entidad estatal reclamó que la pareja debe tres millones serían por deudas impositivas, un millón y medio por multas efectivas y dos millones y medio por multas en suspenso.
La frutillita para Mazza fueron las declaraciones que realizó uno de sus familiares en diversos programas televisivos. “Con lo que dijo Valeria me sentí un poquito dolida, defraudada no. Yo creo que cada uno tiene la opción de manifestarse como quiere pero ella tiene que dirigirse con respeto. Antes para mi era un orgullo decir que yo era la prima de Valeria pero después de haber escuchado esas declaraciones tan despectivas, me sentí dolida…”, sentenció su prima Miriam, un travesti hambriento de fama.
¿Imaginás a Valeria gritando: “Guardiaaaa!!!”?
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