lunes, 3 de noviembre de 2008

Ludopatía: El juego convertido en adicción.


¿Ganar o perder? Jugarse la vida

Jugar en exceso es una adicción tan grande e importante como la adicción a las drogas o al alcohol. Mundialmente, se han conocido muchos casos en los que adictos al juego perdieron todos sus bienes y dejaron a sus familias en la ruina.

Juego patológico o Ludopatía es el término médico que se emplea para la adicción compulsiva al juego que padecen algunos individuos. Es necesario entender que, en la actualidad, constituye una verdadera enfermedad que necesita una atención profesional y un tratamiento personalizado.

En 1980, la Organización Mundial de la Salud comenzó a darle notoriedad a esta adicción como tal y, a partir de 1992, en los manuales de psiquiatría y psicología se la consideró como una patología particular y no un mero problema más dentro del trastorno de los impulsos.

En este sentido, y desde 2006, el Centro de Investigación y Tratamiento de la Adicción al Juego ENTRELAZAR brinda una importante ayuda a quienes padecen esta enfermedad. La licenciada Luz Mariela Coletti, directora de esta entidad, aseguró, en exclusiva para Así... No, que el trabajo que proponen es "un psicoanálisis orientado a esta problemática".

La creciente instalación en el país de centros de juego, sumado a hipódromos, jugadas diarias y populares (las ya conocidas loterías y quinielas) y a las tantas salas de juego clandestinas generó un aumento en la adicción a las apuestas.

Si bien el problema existe desde siempre, se produjo un cambio en ese tema, a partir de 2000, cuando se instalaron los grandes casinos en la ciudad de Buenos Aires, principalmente, y en muchas provincias del interior. Coletti expresó que "mundialmente, entre el 3 y el 5 por ciento de la gente que juega tiene problemas de compulsión con el juego".

Aunque los porcentajes no son tan grandes como los de la drogadicción y el alcoholismo, se debe tener en cuenta que los problemas que acarrea esta enfermedad son igualmente importantes.

"Gracias a la proliferación de todos estos lugares muchas de las personas que concurrían allí para divertirse terminaron cayendo en la adicción", sostuvo Rodrigo, adicto en vías de recuperación y miembro de Jugadores Anónimos que prefiere no revelar otros datos personales.

Coletti define al juego compulsivo como un círculo fatídico en el que la persona que se siente mal y tiene muchas angustias, se envuelve de manera circular. "El juego funciona como una especie de anestesia, el individuo deja de pensar y sus angustias se alivian. Gracias a la adrenalina que le produce la idea de ganar encuentra una salida rápida a esa situación que lo preocupaba. Cuando la persona pierde (lo que generalmente sucede) sale de las salas de juego con muchas culpas y nuevamente angustiado, pero esta vez porque ha perdido. El individuo retorna para tratar de aliviarse con el juego porque cree que va a ganar y recuperarlo todo", manifiesta la licenciada y agrega: "Como esto no sucede, una vez más sale atormentado y vuelve a entrar. Es la solución que encuentra y lo lleva siempre al mismo lugar, un círculo fatídico".

Desde el Centro de Investigación y Tratamiento de la Adicción al Juego ENTRELAZAR se ofrece a los adictos un multiabordaje al problema. Está conformado por un equipo de psicólogos, psiquiatras y asesores legales que se ocupan específicamente de la adicción al juego y, según lo explica Coletti, "siempre dos personas del equipo trabajan con el mismo paciente para estudiar y analizar el caso en profundidad".

Los tratamientos son individuales, grupales, familiares psiquiátricos y reuniones multifamiliares; todos ellos de asistencia ambulatoria. A los pacientes se les recomienda realizar simultáneamente dos de estos tratamientos y sólo se recomienda una interconsulta psiquiátrica cuando hay un nivel demasiado elevado de impulsividad o depresión y se necesita medicamentos para regularlo.

Otro tipo de abordaje a este problema es realizado por Jugadores Anónimos que, desde hace un poco más de cincuenta años, cuenta con un programa de recuperación en el que hombres y mujeres adictos al juegos asisten voluntariamente para compartir su experiencia a fin de encontrar una solución a su problema. Ésta, es una entidad no profesional que se autofinancia por completo y no recibe donativos de personas ajenas al grupo.

"El anonimato de sus miembros es fundamental, necesitamos hacerlo por el bien personal de cada uno", explica Rodrigo. Si bien no reveló detalles de sus problemas, el miembro de Jugadores Anónimos describió cuáles son las características principales de la personalidad del adicto. "El jugador compulsivo no puede y no quiere aceptar la realidad, por eso su escapatoria es el juego y sólo se siente seguro emocionalmente cuando está "en acción" -vocablo utilizado dentro de la entidad-. Además, el deseo de obtener todas las cosas buenas de la vida y resolver sus problemas sin esfuerzo alguno es un patrón común de todos los jugadores", detalló Rodrigo.

El integrante del grupo de autoayuda destacó que no se llega a jugar compulsivamente por inconvenientes financieros, sino por trabas emocionales: "La persona por supuesto tiene problemas económicos, pero también conyugales, laborales o legales. Siempre debe tenerse en cuenta que, para el adicto, la situación financiera es mucho más fácil de resolver que el hecho de perder a su familia y a sus amigos".

A diferencia de Jugadores Anónimos donde a la persona se la considera un miembro, en ENTRELAZAR se la trata como un paciente y a la adicción como una enfermedad y no un problema. "La principal diferencia que existe es que ese grupo de autoayuda no está coordinado por profesionales por lo que no hay un abordaje del problema de cada uno", explica la licenciada y agrega: Nosotros proponemos un trabajo de terapia. Es decir, entrar por la vía del juego porque es el síntoma que se presenta, pero que eso se convierta en un tratamiento de lo que realmente le pasa a esa persona (qué lo angustia, las crisis que tiene, los problemas familiares), que está dibujado desde la ludopatía".

Sin embargo, Coletti no minimiza el modo de abordaje de la enfermedad que se lleva a cabo en Jugadores Anónimos: "Históricamente se trata las adicciones con los grupos de autoayuda y, sin duda, este modo de hacerlo ayuda a las personas. El grupo se enfoca de una manera autogestiva y testimonial. Cada uno dice los problemas que le ha traído, a los límites donde ha llegado y la gente que ha podido abstenerse se convierte en coordinadores de los encuentros. Tienen reglas muy pautadas y muy en claro que hay que abstenerse. Ese es el objetivo principal".

ENTRELAZAR cuenta, además, con un abogado para asesorar legalmente a los pacientes en caso de que estos lo necesiten. Hay una serie de recursos legales para cuidar los patrimonios familiares cuando dentro del núcleo familiar hubiese un adicto que pueda llegar a despilfarrar sus bienes.

"Existe una figura legal que se llama pródigo. Es una inhabilitación parcial y temporal; para que no pueda manejar dinero, hacer operaciones, firmar escrituras, etcétera. No es como la insanía del sicótico que no puede decidir sobre sus cosas", expresa Coletti.

Asimismo, en Capital Federal y en la mayoría de las provincias del interior existen organismos en los que se trata de paliar esta enfermedad a través de la creación de políticas gubernamentales. En Mendoza, por ejemplo, el Instituto Provincial de Juego y Casinos maneja un programa de Juego Responsable para la recuperación Ludópata.

En la actualidad, los grandes casinos implementaron un programa de autoexclusión, a través de la resolución 417 del Instituto de Lotería y Casinos. El mismo adicto es quien debe decidir autoexcluirse, para ello completa una planilla que estará acompañada por dos fotos carnet actualizadas y una copia del DNI de la persona. Luego, el formulario se repartirá en todas las salas de juego de la provincia, a las que no podrá ingresar, por al menos 24 meses.

La directora de ENTRELAZAR comenta que jugar excesivamente a la ruleta, los tragamonedas, los naipes, los dados, las carreras de caballos y demás juegos de azar les produce a las personas un "goce autoerótico". "El sentimiento inicial es placentero e intenso y, cuando comienza a ser excesivo, provoca sufrimiento. Es autoerótico porque se produce un gran aislamiento de la persona mientras juega. En un bingo o en las maquinitas, se lo ve claramente: la persona está sola, se aísla de sus amigos y familiares y se envuelve en un mundo solitario", describe.

Una vez más Coletti recuerda que la persona no es viciosa, sino que está enferma y necesita toda la ayuda que pueda tener a su disposición. Por ello, recalca el valor del tratamiento y subraya lo importante que es que el enfermo pueda entender cuál es el motivo que le produce la compulsión por el juego.

¿Dónde pedir ayuda?

Centro de Investigación y Tratamiento de la Adicción al Juego ENTRELAZAR
Jugadores Anónimos
  • Línea de ayuda: (011) 154-412-9745, atención telefónica las 24 horas.



Por Marcela Troncatti Castillo

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