miércoles, 19 de noviembre de 2008

A 33 años de su muerte, para la justicia española, Franco es "inocente oficial"

Francisco Paulino Hermenegildo Teódulo Franco Bahamonde era su nombre completo, pero la historia lo recuerda como Franco. Este dictador gobernó España desde 1936 –cuando empezó la Guerra Civil Española– hasta un día como hoy, pero en 1975, cuando murió. De esta manera finalizó la etapa más sangrienta y oscura de la historia española.
Fue líder del partido único Falange Española Tradicionalista desde el que implementó un Estado fascista y totalitario. Se encargó de sembrar el terror en la población española con persecuciones y fusilamientos.
Pero eso no fue todo. Según el juez Baltasar Garzón, el franquismo dejó un saldo de más de 100 mil desaparecidos y podrían existir “victimas con vida: miles de niños arrebatados a sus padres para ser educados en la afección al régimen". Sin embargo, el pasado martes 18 de octubre, este mismo Juez, declaró a Franco "inocente oficial" y lo eximió de la responsabilidad penal por las aberraciones cometidas en el período posterior a la Guerra Civil porque "no hay responsables" con vida ya que Franco, y otros 44 ex funcionarios con altos cargos señalados en la causa, están muertos.
Así es que Garzón abandonó la investigación sobre la represión durante la dictadura franquista y la trasladó a los juzgados de las provincias donde se cometieron los crímenes. De esta manera, evita que la audiencia nacional –que vigilaba la investigación– lo declare incompetente en el caso. Pero sin quedarse atrás, el juez afirmó que los delitos "permanecen" y no prescribieron y que por eso, se debería derogar la Ley de Amnistía, aprobada en 1977 y seguir la recomendación del Comité de Derechos Humanos de la ONU, que plantea establecer una comisión de expertos para "restablecer la verdad histórica sobre violaciones de los derechos humanos".
Llama mucho la atención la actitud del juez, conociendo su prontuario de grandes investigaciones sobre las últimas dictaduras militares de Chile y de Argentina. Uno de los casos más significativos fue cuando logró que la Audiencia Nacional española condenara, en abril de 2005, al asesino represor Adolfo Scilingo a 640 años de cárcel.
La razón de la muerte Franco no parece suficiente. Si bien la condena social a un asesino como él ya existe desde hace tiempo, la condena judicial no estaría para nada de más, sino todo lo contrario. Que la justicia española lo declare culpable contribuye a aclarar la historia.

Fuentes:

La nación

Clarín

La Capital (Rosario)

La nueva España

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es una verguenza que se abandone la causa por la muerte de sus protagonistas. Las penas tienen una función simbólica que apuntan a la condena social -único bien perdurable-. No pasó sus días en una celda, ni lo hará. Ni Franco, ni sus camaradas. Pero la impunidad es algo imperdonable, muerto o vivo Franco es un asesino.